¿Por qué las parejas estables y felices suelen subir de peso?

Vivir una relación estable y llena de felicidad puede tener un dulce efecto en la báscula, según revela un estudio de la Universidad de Queensland en Australia. Este estudio señala que la liberación de hormonas de felicidad y amor puede aumentar el apetito a niveles significativos, llevando a que las personas enamoradas coman con mayor frecuencia.

Así, la conexión entre amor y peso se vuelve evidente, ofreciendo una perspectiva interesante sobre cómo la estabilidad emocional influye en nuestros hábitos alimenticios.

El estudio revela que la dicha de una relación sólida desencadena la liberación de la “hormona del amor“, aumentando significativamente el apetito. En otras palabras, la felicidad compartida se traduce en una mayor frecuencia de ingestión de alimentos. Este efecto, respaldado por datos científicos, pone de manifiesto que el amor y la estabilidad están conectados intrínsecamente con la báscula.

La sorpresa puede invadir a aquellos que se consideran guardianes de su figura, ya que este estudio australiano apunta a que las parejas estables podrían sumar más de 10 kg. Este hallazgo, lejos de ser una mera especulación, se basa en observaciones concretas y datos recopilados durante la investigación.

El estudio no solo cuantifica el aumento de peso en parejas estables, sino que también identifica tres etapas que suelen atravesar. Inicia con una fase de relajación post enamoramiento, seguida de desacuerdos con reconciliación y, finalmente, la posibilidad de un embarazo. Estas etapas, como hilos entrelazados, contribuyen al fenómeno del aumento de peso en el contexto de una relación sólida.

Contrario a lo que se podría pensar, engordar en pareja no es necesariamente perjudicial. Este fenómeno puede fortalecer la confianza, la comunicación y la lealtad, pilares fundamentales en cualquier relación duradera. La validez de esta afirmación se sostiene con firmeza al analizar más de 160 parejas con entre 5 y 10 años de historia conjunta, según los investigadores del estudio.

Si bien es cierto que el aumento de peso compartido puede fortalecer la conexión emocional, la salud no debe descuidarse. Aquí es donde entra la responsabilidad individual y colectiva: disfrutar de cenas, meriendas y antojos es parte integral de una relación, pero es fundamental que la pareja se esfuerce por mantener una alimentación equilibrada. La clave está en encontrar el balance adecuado para evitar complicaciones de salud derivadas de un aumento excesivo de peso.

El amor puede traducirse en kilos adicionales, pero con conciencia y esfuerzo conjunto, una pareja puede disfrutar de la plenitud emocional sin comprometer su bienestar físico. Mantener el equilibrio entre el disfrute culinario y la salud se convierte en la clave para preservar tanto la relación como la figura. ¿Qué podría ser más dulce que un amor que nutre el corazón y respeta el cuerpo?