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Dentro del pie de Katie vivían miles de gusanos esto pasa al sacarlos.
En enero de 2018, Eddie Zytner y Katie Stephens; de Windsor, Ontario; volaron hacia Punta Cana; República Dominicana; para poder relajarse en el IFA Viñlas Bavaro Resort and Spa.
“Durante gran parte de nuestro viaje nos rascábamos mucho los pies” dijo Eddie a CTV News durante una entrevista telefónica. “Habíamos escuchado hablar de pulgas en la arena; así que pensábamos que era eso”.
Cuando regresaron a casa; la pareja no pensó mucho en la comezón.
El viernes 19 de enero de 2018, un día después de regresar de sus vacaciones en el Caribe; Eddie notó una hinchazón en sus pies; la cual empeoró para el fin de semana. Tenía dolorosas ampollas en los dedos de los pies; y una severa hinchazón que le impedía ponerse zapatos. Para empeorar todo, necesitaba ayuda para poder caminar.
Durante la noche del domingo; Katie empezó a experimentar los mismos síntomas que afectaban a Eddie.
Afortunadamente, el médico sabía exactamente lo que habían contraído. El doctor les dijo que ellos tenían anquilostomas en los pies; estos también reciben el nombre de larvas migratorias cutáneas.
Ambos tenían docenas de larvas en los pies; algo que ellos se encuentran sumamente asqueroso; ya que eran unas criaturas vivas que no pertenecían en sus cuerpos.
La pareja sospecha que lo contrajeron mientras caminaban descalzos por la playa del resort. Estas larvas suelen encontrarse en perros y gatos. Pero se quedan en los lugares en la que los animales infectados defecaron o pueden estar viviendo en la arena.
Para curar esto; ellos necesitaban tomar un medicamento que no tienen licencia para venderse en Canadá; así que el médico reportó su caso y se lo envió al Ministerio de Salud de Canadá; pero terminaron negando la solicitud; ya que ellos consideraron que su caso no era lo suficientemente grave.
Por lo que, la madre de Eddie condujo hasta Detroit, Estados Unidos; y pagó 65 dólares estadounidenses, lo cual equivale a 88 dólares canadiense, por la ivermentina.
Eddie y Katie tomaron la medicación por dos días, y por fin, empezaron a mejorar, aunque todavía necesitaban una muleta para caminar.
“Nuestras ampollas disminuyeron bastante… Los gusanos han muerto. O deberían estarlo”, dijo Eddie.